lunes, 28 de junio de 2010

El camino

- Mi marido me es infiel..

- No me lo creo, ¿Cómo lo descubriste?

- Lo oí.

- ¿Los oíste cuando lo estaban haciendo?

- No, lo oí a él cuando me lo contaba.

- ¿Y cuándo fue?

- Hace unos cuantos años, antes de que nacieran los chicos.

- ¿Y así y todo decidiste seguir con él?

- Me gusta estar con él. Me gusta su compañía y ahora me doy cuenta de que quiere mucho a sus hijos. Tanto como a mí. A veces creo que un poco más, pero es lógico.

- Pero estuvo con otra y a saber con cuántas más durante estos años, mientras estabas embarazada o cuando viaja por negocios.

- No me importa. La vida es tan corta..

- Pareces de otra época. De cuando nuestras madres lo aguantaban todo con tal de tener un hombre a su lado. La humillación, la falta de respeto..No sé, no te reconozco.

- No creo que sea un tema de épocas, es más bien una elección para ser feliz. Yo disfruto de mi familia, de mis hijos, de que mi marido me abrace por las noches. No pretendo ser la única persona que le dé todo lo que necesita. Lo tengo en cuerpo y alma, cada día y me hace bien tenerlo cerca. Nos conocemos, nos queremos, me cuida, seguimos riéndonos mucho juntos. Y si cada tanto quiere abrazar durante un rato otro cuerpo o ver si sigue siendo el seductor que era de joven, ¿qué problema hay? No me quita nada de lo que vivimos juntos. Y nos conocemos tanto que ya no hace falta que nos digamos algo cuando pasa. Mi cuerpo ya no es tan atractivo, dejó de serlo hace años. Cada pareja tiene sus promesas, las propias, las que se hacen dentro de casa. Lo que le hayamos prometido al cura nada tiene que ver con lo que hacemos con nuestras vidas.

- Pero cuando llega a casa viene de la cama de otra, de estar desnudo bajo las mismas sábanas, con el perfume de otra..

- ¿Sabes qué? Cuando llega a casa está conmigo y sólo conmigo. No se acuesta pensando que soy otra para poder tener una erección, no añora una vida que no tiene, elige cada noche volver porque es donde mejor se siente. Lo veo en su cara. Es el sitio donde es feliz.

- Perdón, pero no lo comparto.

- Te perdono.

- No necesito que me perdones, era una expresión.

- No te hablaba a ti..