
Me descuidé un segundo y se metió furtivamente dentro de una de las fotos.
Cada vez que lo espiaba, lo pescaba ensayando todo tipo de morisquetas y posiciones estrambóticas. No quería desperdiciar sus quince minutos de fama.
Pasaba el tiempo y yo iba seleccionando otras fotos, su turno de aparecer nunca llegaba.
Mañana se despertará y se dará cuenta de que se ha quedado dormido en el momento menos apropiado.
Cada vez que lo espiaba, lo pescaba ensayando todo tipo de morisquetas y posiciones estrambóticas. No quería desperdiciar sus quince minutos de fama.
Pasaba el tiempo y yo iba seleccionando otras fotos, su turno de aparecer nunca llegaba.
Mañana se despertará y se dará cuenta de que se ha quedado dormido en el momento menos apropiado.
Había perdido su oportunidad. A veces pasa.