domingo, 12 de septiembre de 2010

El techo puede esperar


¿Por qué hacerlo hoy si puedo hacerlo mañana?, pensó.

Alguien decía que Dios no vendría el día del juicio final, sino al día siguiente. Cuando ya no hiciera falta.

Él lo arreglará mañana, hoy no tiene ganas. Además, nunca llueve. Y si mañana llueve, lo arreglará pasado, cuando ya no haga falta.