jueves, 26 de marzo de 2009

Y así funciona casi todo…


Ni se destruye ni se transforma, sólo se traslada. La empujamos de por acá y se va un poco más allá y alguien la volverá a empujar hacia otro lado o al mismo del que vino.

Benjamín, único barrendero de la plaza de Cachi, juega a esto desde hace muchos años. Barre la plaza. Lo empuja todo hacia la calle. Sabe que hay otro que por las noches se encarga de barrer las calles que rodean la plaza.
Aún no descubrió si su colega nocturno lo barre todo hacia adentro nuevamente o no.

Un día pensó en esperarlo por la noche para espiarlo. Nunca se pudo mantener despierto, después de todo, si sus sospechas eran ciertas, qué mal había.