lunes, 16 de marzo de 2009

A dos agujas


La abuela, su madre y mi madre eran de acá. Y cuando hablo de “acá” me refiero a este mismo puesto. Nadie supo de dónde había venido la madre de la abuela. Mi hija ya no es de acá. Se fue a estudiar y a trabajar a la capital.
La semana pasada me mandó un regalo que me había comprado en las vacaciones. Unas tazas verdes. No las uso mucho porque parecen muy delicadas. Todavía no sé cómo llegaron sin romperse. Las compró en una feria de otra ciudad que queda en la costa, donde fue de vacaciones. Me contaba en la carta que la señora que se las vendió era muy amable. Y que su hija también se fue a trabajar a otra ciudad.
En una de esas, la hija de la señora viene de vacaciones a acá. Le podría llevar un poncho a su madre. Si supiera quién es le cobraría más barato y le aconsejaría que se llevara uno de barracán. Dicen que en la costa levanta viento por la noche. Acá también.