
No estoy. Me fui. Nadie puede alcanzarme. Hago lo que quiero. Y cuando empiezo a oír el rumor de que ya no estoy solo, hago un pequeño esfuerzo y ya está. Solo de nuevo. Y cuando se haga de noche vendrá a molestarme, me dirá que no se puede dormir en la plaza de noche. Siempre el mismo. Y me levantaré y caminaré por la ciudad vacía mientras todos se momifican en sus camas. Si la mitad durmiéramos de día y la otra de noche el mundo sería un lugar mucho más agradable. No habría prisas ni colas. Me están sacando una foto. Voy a dejarlo. Que fotografíe mi paz, mi satisfacción, que se muera de envidia. Y ahora me voy. Que haga lo que quiera, yo ya no estoy.